Mi papi.

Mi papi, mi muchacho necio, siempre quiere que las cosas se hagan como el quiere. Quizás por eso chocamos algunas veces, yo también soy así.

Alguna vez me preguntaron? Y tú a quien te pareces a tu papá o a tu mamá?. Primero pensé en que a mi mamá, por supuesto hay que vernos, somos igualitas. Y esa fue mi respuesta. Y después me dijeron, pero no físicamente…. A quien de los dos te pareces?

Entonces analicé a uno y a otro y miré a mis adentros… A mi papá… sí, definitivamente a mi papá.

Su vida ha sido menos fácil que la mía, eso es definitivo. Desde pequeño tuvo que lidiar con el lado oscuro de la vida. Mi abuelo murió él apenas tenía diez años y medio y desde entonces tuvo que hacerse cargo de la familia, alimentación y cuidados, estudiar y trabajar, quedo a cargo de cuatro hermanos y mi abuela, que según sé estaba algo enferma.

Vivía en una pequeña ranchería y para ganarse la vida pasó por miles de oficios. A veces nos cuenta historias de aquéllos días , como cuando tenía que cruzar el campo a media noche y juraba ver fantasmas en los árboles, los mismos que a la mañana siguiente volvía a ver llenos de heno… y aunque los recorría de noche y de día y sabía que era lo que ahí había… el miedo lo invadía y el aire con el heno, invariablemente se convertían en fantasmas… Y yo le creo, era un niño de diez años apenas, en la noche, de regreso del trabajo.

También trabajó vendiendo leche, recogiendo botellas de los palenques después de que terminaban las peleas, o a veces sólo haciendo mandados para ganarse unos pesillos y con ello alimentar a la familia.

De algo estaba seguro, quería estudiar y por ello ya un poco grande, dejo la ranchería y se fue a un pueblo cercano, en donde pudo estudiar la primaria y la secundaria, siempre trabajando para poder mandar dinero a la familia y hacer algo por los “chamacos” que crecían y pronto también necesitarían de escuela.

Llegó a la Ciudad de México y estudió la preparatoria y la universidad, de esos tiempos tiene mil aventuras que contar en esa mágica ciudad, de las calles y la gente. Cada vez que recorremos las calles por donde el caminó nos cuenta algo, se acuerda de alguien o de menos se encuentra a algún viejo o más bien “viejito conocido” =)

Este mi hombre tan admirado y al que me parezco tanto, logró sacar 3 profesionistas y una que se le quedó a la mitad porque se casó. Y aún hoy.. después de tantos años sigue ahí al tanto de ellos, apoyándolos.

MI pá es maravilloso, es un hombre duro, pero lleno de amor y cosas hermosas.

Cuando era pequeña, me enojaba que cada vez que íbamos al rancho, si alguien le decía “Que bonita camisa”, en el momento se la quitaba y la entregaba, con una gran sonrisa, me enfadaba tener que seguir el resto del día con el en camiseta. Una ocasión me llevó a la casa de una viejecita, vivía en condiciones, digamos regulares, me impresionó ver con qué gusto lo recibió, las lagrimas en sus ojos, mientras que me ella me decía, “ a este muchacho lo quiero como a un hijo… mi corazón está rebosante de alegría, que bueno que me vinieron a ver”. En ese momento no entendí… pero guarde silencio hasta que salimos de ahí. Papá le había llevado algunas frutas y ella no se cansaba de besarlo. Yo, que siempre he sido celosa, le dije: Pá, quién es esa señora? (Jajaja, la mujer tenía como 88 años y de eso ya hacen 10). Y entonces me contó que cuando llegó a estudiar la primaria ella le ayudaba, le daba de comer y lo cuidaba. Y que eso él nunca lo había olvidado.

Mi papá conoce perfectamente el significado de la palabra gratitud. Tiene en mente a todas las personas que alguna vez le tendieron la mano… de cualquier forma; y él en silencio, a veces desde lo lejos, sin que siquiera ellos se den cuenta, siempre ha estado presente. Papá me ha enseñado el verdadero significado de la caridad, el amor al prójimo.

Cuando íbamos a fiestas, mi papá le hacía mas al cuento que a la bailada, la verdad es que la que siempre ha bailado de la forma más impresionante es mi mamá y él no puede quedase atrás, sino con quien baila mi princesa. No fallaba su pasito de “el títere” y el de “Rigo Tovar” - pasan los años y gente aun se acuerda de esos shows- de pequeñas, mi hermana y yo hacíamos tremendo drama cada vez que empezaba con eso, porque entonces todo el mundo quedaba alrededor suyo y le aplaudían y morían de la risa. La verdad, ver que la gente se burla de tu papá a ninguna edad es algo agradable, pero siendo pequeñitas, por supuesto que es peor. Y entonces poníamos cara de enojadas, cruzábamos brazos y si eso no funcionaba, entonces era hora de hacer un berrinche, así no le quedaría de otra que dejar de hacerlo y ver que nos pasaba.

Hace dos años fuimos a una fiesta Tuxpan, estaban todos los primos y tios… en la pista de baile, todos, incluyéndonos a mi papá con mi mamá, mi hermana y el primo Agus, Iván y yo… alrededor mi adorado tío José Luís, Gabriel, Linda, todos todos…. Y entonces a mitad de canción, sin ponernos de acuerdo los tres nos aventamos el clásico de Rigo Tovar!!!! Jajajajajaajajaja que risa… unos pensaron que fue show a propósito y bueno, de ahí salieron mil historias recordando aquellos años de mi pá en las fiestas… Lo mejor para mi hermana y para mí fue que eso que tanto odiábamos… también ya lo hacíamos y bueno, incluso hasta la fecha, no falta la fiesta de amigos, familia o sólo por gusto que nos echamos el brinquito, jajaja con el mismo resultado que obtenía mi papá!!!

Un tiempo estuve muy molesta con él, descubrí que tiene un tremendo corazón, y eso fue muy fuerte para mi… pero ese enojo termino cuando me di cuenta que hasta en eso me parezco a él.

Hoy día nos enojamos con mi chaparrito porque quiere hacernos comer, porque siempre anda tras nosotras con un vaso y jugo, un plato de fruta, un suéter, un libro, una respuesta, una opinión y además le gusta que sea como quiere y cuando quiere. Algunas veces sí me desespera… pero otras tantas trato de calmarme, jajaja a final de cuentas, yo también soy así con los demás. Papá aprendió a demostrar así su amor, poniendo en manos de otros lo que él quisiera para sí. Haciendo siempre sacrificios de amor.

Le debo mil horas de charla, de hecho hace ya un par de años me lo pidió y yo, no se tengo miedo, tal vez a seguir descubriendo similitudes o a tener frente a mí algo que no sepa manejar, Hoy no podría ya juzgarlo como algún tiempo lo hice y sé que debo darme el tiempo para hacerlo.

Tengo muchas historias que contar de él, se supone que para muchos, papá solo trabaja y la vida en casa corre con mamá, para mi también fue así, pero Gracias a Dios, también tengo en mi memoria muchas ocasiones en las que estuvo a mi lado, ayudándome a superar malos momentos, desamores, tristezas, y también atendiendo las cosas de la escuela; sus abrazos, sus besos, las disculpas en el mejor momento cuando aun no duele tanto o cuando más dolía.

Papi… TE AMO, y TE ADMIRO, siempre será así. Gracias por tus enseñanzas, por tu vida, por tu fuerza, por tu amor.