Mis letras ya no son mías.
Ahora tengo una gran dificultad para
encontrarlas.
En mi cabeza un solo pensamiento da
vueltas sin cesar. Y no hay espacio para pensar mis sentimientos, como hace
mucho lo hacía en este espacio.
Mis letras ya no son mías, se fueron
con mi vida, con mis sueños, con mi más profundo deseo y todas mis ilusiones.
No sé cuando vuelvan. Las extraño.
Ayer, después de contemplar la puesta
del sol, este texto llegó a mis oídos.
Me cautivó.
Decía tanto de lo que pienso, de lo
que soy… y de lo que creo.
Mi corazón lo abrazó de una forma en
que… no tengo palabras para explicar.
Y causó emociones… de las que tampoco
tengo palabras para explicar.
Sólo quiero compartirlo o quizás
dejarlo aquí guardado…
como un recuerdo a eso que el corazón a veces busca, a veces entrega.
El placer de amar
Amar no es una obligación, sino un
privilegio.
No se puede amar por presión ni por
deber, sino porque es el mayor placer en la vida; amo por gusto, porque puedo
amar; no amo para cumplir ninguna regla, ni para hacer méritos ante nadie; amo
por el simple y maravilloso placer de amar.
Te amo y en este momento acepto la
aventura de explorar y descubrir contigo lo que guardas más allá de tus
máscaras y tus defensas. Contemplo con ternura tus más profundos sentimientos,
tus temores, tus carencias, tus esperanzas y alegrías, tu dolor y tus anhelos.
Te amo, y comprendo que detrás de tu
coraza se encuentra un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano
amiga y de una sonrisa sincera en la que puedas sentirte en casa.
Te amo y con el mayor respeto entiendo
que la desarmonía y el caos en los que a veces vives son el producto de tu
ignorancia y de tu inconsciencia. Me doy cuenta de que si generas desdichas es
porque aún no has aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones te sientes tan
vacío y tan carente de sentido, que no puedes confiar en ti mismo/a ni
reconocer tu riqueza; pero en este instante, descubro y honro, por encima de
cualquier apariencia, tu verdadera identidad y tu valor, y aprecio honestamente
tu infinita grandeza como una expresión única e irrepetible de la Vida.
Te amo y sinceramente desde hoy te
brindo la oportunidad de ser escuchado/a con profunda atención, interés y
respeto. Acepto tu experiencia sin pretender modificarla, sino comprenderla. Te
ofrezco un espacio en el que puedas descubrirte sin miedo a ser calificado-a,
en el que sientas la confianza de abrirte, sin ser forzado-a a revelar aquello
que consideras privado.
Reconozco que te amo y a partir de este
momento te muestro que tienes el derecho inalienable de elegir tu propio
camino, aunque éste no coincida con el mío. Desde este instante, te permito
descubrir tu verdad interior por ti mismo-a, a tu manera.
Te aprecio sin condiciones, sin
juzgarte, sin reprobarte, sin pedirte que actúes de acuerdo con mis
expectativas, sin exigirte que te amoldes a mis ideales; tienes el derecho de
ser tú mismo-a.
Te amo y te valoro por ser quien eres,
no por ser como yo quisiera que fueras. Confío en tu capacidad de aprender de
tus experiencias y de levantarte de tus caídas, más fuerte, más maduro-a; tengo
plena fe y absoluta confianza en tu poder como
individuo.
Te amo y gozo de la fortuna de poder
comprometerme voluntariamente contigo, y a partir de este día respondo en forma
activa a tu necesidad de desarrollo personal. Creo en ti cuando tú dudas; te
contagio con mi vitalidad y mi entusiasmo cuando estás por darte por vencido-a;
te apoyo cuando flaqueas, te animo cuando titubeas; te tomo de las manos con
firmeza cuando te sientes débil; confío en ti cuando algo te agobia; y te
acaricio con dulzura cuando algo te entristece, sin dejarme arrastrar por tu
desdicha.
Te amo y comparto tus alegrías y me
regocijo contigo cuando te sientes dichoso-a. Me deleito en tu presencia, más
no pretendo poseerte; disfruto de tu compañía, pero no deseo retenerte ni
impedir tu vuelo. Paladeo el regalo de compartir en el presente, por el simple
gusto de estar juntos sin ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea
decisión de responderte libremente.
No te quiero mío/a, te amo tuyo/a, te
amo libre; te amo, como amo a la brisa que viene y va, y acaricia mi mejilla.
Te amo y tengo la suficiente humildad
como para recibir tu ternura y tu cariño sin representar el papel del que nada
necesita; acepto con gusto lo que me brindas, pero no exijo que me des lo que
no puedes o no deseas.
Te amo y le agradezco a la Vida el prodigio de tu existencia, pues
siento tu presencia una auténtica bendición en mi sendero; gracias por ser.
Te amo y precisamente por eso no
dependo de ti, pues si dependiera no sería amor sino carencia; al no depender
de ti puedo amarte.
Hoy disfruto de nuestro encuentro,
sabiendo que cada día es una aventura incierta y que el mañana es una incógnita
perenne. Desde hoy, vivo como si fuese el último día que puedo compartir
contigo, de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso y tan profundo como
si fuese la primera vez que te tomo de la mano, y en esta forma hago que lo
cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa.
Me atrevo a mostrarte mi cariño
espontáneamente a través de mi mirada, de mis gestos y sonrisas, de mi caricia
firme y delicada, de mi abrazo vigoroso, de mis besos, con palabras francas y
sencillas, te amo.
Te valoro por ser quien eres, aprecio
tus riquezas interiores, aun aquellas que tú mismo-a desconoces. Veo tu
potencial latente y desde hoy colaboro para que florezca la semilla que se
encuentra dormida en tu interior.
Tu desarrollo personal me importa
honestamente, cuentas conmigo y desde este momento te permito descubrir tus
capacidades creativas y aliento tu posibilidad de dar todo el fruto que puedes
dar; con gusto develo ante tus ojos el tesoro que llevas dentro, y coopero
contigo para ser de esta vida una experiencia más rica y más llena de sentido.
Te amo y también me amo a mí mism@ y
por eso desde este día también me atrevo a establecer mis propios límites, y a
mantenerlos firmemente; me respeto a mí mism@ y por ello con todo mi amor, no
permito que trasgredas mis derechos personales, ni que me ates, ni que coartes
mi libertad para ser quien soy.
Te amo y tengo tanta confianza en mí
mism@ y en ti, que sin temor a que nuestra relación humana se perjudique, desde
este instante me siento en la libertad de expresarte mi enojo, sin ofenderte, y
puedo manifestar lo que me molesta e incomoda
sin intentar hacerte daño o lastimarte; soy sincero-a y veraz contigo.
Te amo, por eso también reconozco y
respeto tus limitaciones y así te aprecio, pero no te idealizo. Comparto y
disfruto los acuerdos y acepto los desacuerdos, y con absoluta certeza te digo
que si llegara el día en que evidentemente nuestros
caminos fueran incompatibles sin remedio, yo soy capaz de despedirme en paz y
en armonía, de tal manera que ambos nos recordemos con gratitud por los tesoros
compartidos.
Te amo y al amarte veo en ti más que tu
individualidad como persona; te percibo y te valoro como una expresión del Ser
Humano, como una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible llamada Ser Humano, de la cual yo
mismo-a formo parte.
A través de ti reconozco el milagro
indescriptible de la Naturaleza Humana que es mi propia naturaleza, con toda
su grandeza y sus limitaciones; a través de ti, puedo apreciar tanto las
facetas luminosas y radiantes de la Humanidad,
así como sus lados oscuros y sombríos.
Te amo y en ti amo al Ser Humano en su
totalidad y amo la auténtica Naturaleza Humana tal como es.
Te amo y al amarte a ti, me amo a mí
mismo-a y me siento orgulloso-a de ser una nota digna y valiosa en la sinfonía
de este mundo.