Minutos después...

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Un mensaje de mi má, dandome los buenos días y sus oraciones por mi.

Letras que iluminan mi cara con una sonrisa.

Logré mantenerme despierta en clase e incluso reí.

Salí de clases más temprano de lo esperado con el tiempo suficiente para lo que tenía que hacer.

Trafico fluido en la ciudad, así que fue menos dificil hacer mi trabajo.

Un largo camino de recuerdos, lleno de nuevas avenidas y luces.

Dos preguntas y un objetivo logrado; en medio de un lugar desconocido, Camino a la Mina, en una casa sin número.

Sentimientos recíprocos desbordados y más sonrisas en el corazón.

Salida de la ofi, al menos dos horas antes de lo esperado.

Verdad en las manos, entregada con sinceridad, recibida con amor.

Un abrazo que me deja sentir y me permite apreciar.

El jardín y una luna hermosa.

Un Te amo a mis papás y a mi hermana.

Una charla, y cansancio compartido.

Gracias Dios mio, por permanecer a mi lado y mostrarme que todos los días hay mucho porque vivir. Te Amo Señor.


Mañana... un nuevo día. Otra oportunidad.

Esta mañana...

Desperté... muy temprano, a las 4:09. Abrí los ojos, con un sobresalto, mi corazón palpitaba a toda prisa, miedo, angustia, preocupación.
Un rato pensé en lo que tenía que hacer este día, traté de calmarme y buscar paz en las oraciones, quería descansar, despejarme, olvidar; después de un rato vinieron a mi mente las palabras que la noche anterior había dicho: "Te contaría de mi vida... sin tan sólo me diera tiempo para vivir."
Y luego una pregunta... Dónde está mi vida????
Dónde está la forma en la que la vivía, qué estoy haciendo con ella?
De verdad estoy viviendo, o sólo sobrevivo a los minutos, al tiempo, a esos 60 minutos que cada hora tienen y que por más que me estrese y desespere no puedo aumentar.
Me sentía en el desierto, en la nada, sin ganas de hacer. Vacía, adolorida, cansada, triste.
Por fin, creo que pude nuevamente dormir, quiza una media hora, y después sonó el despertador.
La verdad no quería levantarme, tarde mucho en hacerlo, después sólo me paré frente al closet, no quería vestirme, no quería salir... más lagrimas recorrían mi rostro. Ahí de pie, mirando sin ver, respirando sin vivir, con miedo a hacerlo o a no poderlo hacer jamás... luego un abrazo y sus palabras para seguir adelante, un rostro tierno intentando darme paz. "Ánimo, Dios no te deja sola, no pone frente a ti nada que no te crea capaz de superar"
Regresé a la cama, me tomó un poco más de media hora vestirme... no podía, no tenía fuerzas, estaba en extremo agotada... en el corazón... en el alma.
Después... todo cambió.