Año Nuevo. 2010.

jueves, 31 de diciembre de 2009

Cuando llegué a casa nadie me esperaba, cada quien en su rincón... total una noche más. No había cena, no había luces, no había musica, no había ni una voz.

Por increible que parezca mi hombre sabio fue el unico que parecia feliz de verme, llegó un poco después que yo, me llevo hasta la cocina, me sentó junto a el y me compartio de sus gelatinas, las que me habían dicho compró especialmente para mi.

Y ahí estuvimos, conversando, de algunas trivialidades, cosas aburridas como el trabajo y mi sufrir en él, jejeje tampoco comprende como es que paso tanto tiempo encerrada entre esas paredes y dejo ir mi vida.

Después de un rato de darle vueltas, finalmente me preguntó... Unas cuantas cuentas de cristal, de esas que me han hecho acreedora al segundo lugar nacional. Triste fue mi respuesta.

Un largo suspiro y me miró a los ojos. Me dijo VIVE por favor, es lo único que te pido.

Me costó trabajo, pero puede hablar, no muy clara, nunca lo he sido y menos si tengo los sentimientos a flor de piel.

Enfrenta la vida y vívela. No importa lo que opinen los demás, sean quienes sean, sólo busca ser feliz.
Despúes de un rato de charla, llegó mi peke, con dos hojas humedas y bastante viejas, me dijo lee... unas letras que pronto reconocí... que muchacha tan sabia la que escribió eso, aunque parece que después de hacerlo lo olvidó.

Una voz... un león, desde lo alto la llamaba... casi le pedía que no hablara conmigo. Ella con voz fuerte dijo, espera subo en unos minutos.

Mi hombre sabio me esperaba a cenar, lo hizo solo... yo ya había comido. Pero, conversar en los zapatos del otro fue reconfortante. Lo amo.

Ya llevo unas horas aquí... sólo una puerta ha permanecido cerrada, ni una voz, ni una mirada, nada.

El dolor lo llevo en el alma. Y eso nadie lo sabe...

Ahora escribo... la vieja costumbre decía que no debía dormir antes de las doce para que el siguiente año no me aplastara...

11:54 p.m. Creo que iré a dormir.

1 comentarios:

Ross dijo...

No se que decirte, quisiera estar en tus zapatos para poder entender por lo que estás pasando y poder darte palabras de aliento, sabes que cuentas conmigo siempre, que desde mi lado te echo porras siempre, te quiero mucho y sea lo que sea, animo, hay que vivir la vida al máximo, no caer en rutinas que luego salen peor salir de ellas.

Te quiero mucho.